DECISIONES Y ERRORES

Mi abuelo me dijo una vez: “Si todos hiciéramos lo mismo entonces el mundo se pararía y nos derrumbaríamos”. Decisiones. Últimamente la gente mayor me presiona para tomar decisiones, que me prepare que vienen los exámenes. Veremos las notas. Me dicen que aguante las ojeras y no sea tan ingenua.

 

La gente mayor me pide que tome buenas decisiones para mi futuro porque eso será lo que tome el rumbo de mi vida. Pero yo no estoy lista para el mundo real. Quiero seguir alimentando a mi niño interior de preguntas, de sueños y de melodías. 

 

La gente mayor nos hace tomar decisiones y nos hacen creer cosas, que al final, cuando llegan, no son como nos lo habían contado. Nos prometen muchas cosas, pero nadie te promete un “futuro”.

 

María Martínez dijo: “Lo que la gente nunca me explicó es como sobrevivir a ese tiempo que una persona tarda en tomar una decisión importante. De las que pueden cambiar tu vida para siempre.  Esa es la parte realmente difícil, luchar contra la confusión, las dudas y la inseguridad que no te dejan respirar. La ansiedad, el insomnio y la sensación de vacío bajo los pies. Hasta que, por fin, la decisión toma su rumbo. 

 

Lo único que debes hacer después es saltar y confiar en que no vas a estrellarte. Porque, aunque la incertidumbre continúe ahí como un lazo apretado alrededor del cuello, no puedes hacer otra cosa salvo esperar y ver si has elegido bien.

 

Ese tiempo previo al salto era la auténtica tortura para alguien como yo: indecisa, insegura y llena de miedos.

 

Escoger, decidir, tomar la iniciativa se convertía en una ventana abierta a un precipicio aterrador. Dividida entre mis propios anhelos y los deseos de los demás. Temiendo defraudar a aquellos que me importan y, al mismo tiempo, traicionarme a mi misma”

 

Lo único que he aprendido de todo ello es que no es momento de tomar decisiones rápidas, es momento de cometer errores. De subirse al tren equivocado y estrabiarce, de dejar que entren y salgan personas de tu vida, de suspender Matemáticas e Historia porque, a menudo, es difícil aprobarlas, de cambiar de idea y volver a cambiar porque no hay nada permanente, de salir, de reír, de llorar, de aprender, de querer y de quererse. Así que cometed todos los errores que podáis y al final no tendréis que decidir, lo sabréis.

 

Andrea Curiel (24-05-2022)